Un frío presentimiento

El sol se había ocultado hace ya bastante, dando paso a una fría noche de niebla y como era costumbre me preparaba para dar un paseo bajo la luz de luna, sin embargo aquella noche tuve un extraño presentimiento, sentía que debía quedarme en la posada, pero la terquead que es característica en mi, hizo que ignorara aquel pensamiento y saliera de todos modos. Poniéndome la capucha bajé las escaleras de la posada sigilosamente en un intento de no hacer mucho ruido. Las palabras de mi mentor se hacían presentes "No salgas de noche, siempre hay gente mala asechando, y no estaré ahí para defenderte, pero confío que tu sabrás hacerlo bien sola, pero...no tientes la suerte Dori". Volví a recordar su voz y la expresión de su cara. Suspiré un momento y cerré los ojos.

Ya estando en la calle respiré profundo y contemplé el cielo, la niebla era más espesa de lo habitual a esa hora, el frío se hacía sentir...froté mis manos y me dispuse a caminar en un intento de dejar la mente en blanco, pero la misma extraña sensación me invadió nuevamente, -Será buena idea seguir caminando?, tal vez deba hacer caso y volver a la posada.- era la pregunta.

Sacudí la cabeza y seguí caminando, mientras frotaba mis manos para evitar que se enfriaran. Todo era silencio y quietud, solo una que otra persona transitaba por las aceras, el frio los mantenía en sus casas. Confieso que más de una vez he sentido miedo de transitar sola por estos lugares, sin embargo "Donovan" me enseñó a defenderme.-Dónde estarás...- susurraba con un hilillo de voz.

Al llegar a una esquina ví la silueta de un hombre entre la niebla, tragué saliva y continué caminando en intentando alejarme de ahí, quizá no sería idea cruzarme en su camino. Aceleré el paso, pero mi torpeza jugó en contra...en el afán por perder de vista a ese sujeto tropecé con una piedra y caí lastimándome el tobillo, el dolor fue tal que no pude evitar maldecir en voz alta, -Maldito mentor porqué no estas aquí!!- exclamaba indignada y dolorida.

El calor del sol se habia marchado y apenas al sentir aquella sensacion del frio nocturno desde su escondite, supo que ya se habia ocultado la luz mortal del sol y ahora los estaria iluminando aquellla luz blanca y complice de algunas noches en que algunas situaciones, el frio era abrazador y lo comenzaba a recorrer aquel aire frio por su piel desde la coronilla hasta las plantas de sus pies, aquella sensacion de frio mas que externa en su interior siempre estaba, ya no era como lo habia sido antes que solia dar recorridos bajo el sol, ahora su compañia seria la luna, el frio y esa sensacion de deseo por aquella sustancia dulce cual el nectar de la vida, la sagre...

Risknar, ciudad en donde habia pasado algun tiempo, no muchas cosas pasaban y a medida que el tiempo pasaba el numero de personas por la noche disminuia, esa noche no era la exepcion, no vio gente fuera de aquella casa oscura donde habia pasado el dia, y al salir por la calle unos cuantos olores solamente se pudieron percibir, - sangre sangre..- decia su mente pidiendole.

Tenia sed y si dejaba pasar tiempo sin beber podria perder la cordura por algun instante terminando por ser aquel que mandara a otra vida a su siguiente victima, comenzo a caminar por las calles de aquella ciudad, y entre aquella niebla espesa giraba su rostro de lado a lado en busca de su presa, para su desgracia solo pudo mirar un par de vagos, y con su sangre sin duda alborotada por causa de aquella bebida embriagante que tomaban para calentarse el interior del cuerpo, no parecia ser su noche ¿tendria que beber de ello?

continuo caminando entre la densa niebla, haciendose invisible al ir cubriendose con aquella niebla a medida que caminaba, algo llamo su atencion, un olor peculiar y cual si sintiera que algo de sangre lo llamara, a si fue caminando hasta poder ver una silueta, entre aquella niebla distinguio que era una mujer, la cual al verlo comenzaba a querer huir, imposible y algo torpe quiza tratar de correr o caminar mas rapido entre aquella niebla seria peligroso para ella y no paso mucho tiempo para oirla maldecir.

se acerco a ella y mirandola casi susurrro - un chica como tu no deberia andar vagando por las calles, y mucho menos entre tanta niebla..-

El dolor del tobillo se hacía cada vez más intenso, comenzaba a sangrar levemente, las gotas de sangre caían en el piso una a una lentamente, puse ambas manos sobre el tobillo para que la sangre no siguiera cayendo, fue ahí que el corazón parecía salirse del pecho, una extraña sensación recorría mi cuerpo, no sabía muy bien que era...-el presentimiento- musité, mirando hacia atrás.

La silueta que antes había visto caminaba hacia mi, estaba cada vez mas cerca, y mi corazón latía más rápido. Una vez más se me vino a la mente el instante antes de salir de la posada "algo" me decia que no debía salir, a lo cual hice caso omiso y ahora comprendo la mala decisión que tomé. Apreté los dientes, respiraba hondo cerrando los ojos, no quise volver a mirar, estaba entregada a la suerte. Sus pasos se escuchaban con claridad sin embargo no quería abrir los ojos, temblaba de miedo ante la incertidumbre, esta ahí...petrificada, mis músculos no respondían, me sentía completamente indefensa y a merced de aquella persona.

Me armé de valor para mirarlo, el sujeto era joven tanto como yo, era incluso atractivo, su aspecto no parecía el de un ladrón o asesino, al pensar en ello me calmaba, pero no debía confiarme,  luego se acercó y susurró -una chica como tu no debería andar vagando por las calles, y mucho menos entre tanta niebla..- , me estremecí antes sus palabras, quizá estas sean la advertencia de que algo hará? pensaba en ese momento.

No debía demostrar miedo, aunque por dentro estaba asustada y me sentía insegura, pero no debía hacerlo notar, -La niebla es una buena compañera- contesté fríamente. -Si me vas a matar hazlo ya- le dije en tono desafiante y seguro, mientras no le quitaba los ojos de encima . Ciertamente esto tal vez no haya sido una  buena idea, puede que mis palabras despierten la ira de aquel hombre, sólo él tenía la respuesta.

Se encontraba de pie frente a ella y la niebla aunque era espesa el calor corporal de la humana hacia que aquella niebla dejara libre a la vista el cuerpo de ella desde sus pies hasta sus cabellos rojos, la miro un instante sus respiraciones hacian que su cuerpo se moviera y la delataban, estaba nerviosa, levanto la mirada tenia hermoso rostro, y compleccion delgada, era hermosa, sin embargo lo que lo habia atraido a ella, no pudo evitar mirar aquella mancha roja de sangre fresca sobre el suelo.

Levanto un poco mas la mirada y sus manos cubrian su tobillo, y ahi una mancha roja en sus dedos y tobillo, - Sangre..- en su mente decia, sin embargo la voz de ella que con firmeza se oia, le desviaron el pensamiento, parecia una chica valiente y su segundo comentario le afirmo eso, ¿acaso en verdad no temia por su vida? no pudo evitar emitir una leve risa en tono de burla, parecia que ella no sabia en verdad que podia terminar muerta.

La mirada de ella clavada sobre el, cual si pudiera hacer mucho, el frio sin duda le calaria el cuerpo y mas en aquella herida, nada podia hacer, la cuestion era ¿acaso si la mataria?, ni el tuvo la respuesta, la verdad habia captado su atencion, sin embargo su instinto le pedia sangre.

Sus ojos tornaron un color oscuro y su semblante comenzaba a tornarse cual si fuera a atacar sin piedad - Necesito beber de tu sangre.- le dijo mirandola a los ojos y queriendo controlarse para no dañarla, se inclino y tomo una de sus manos llevandola cerca a su nariz para oler aquella fragancia de su sangre.

necesitaba clavarle los colmillos...