La hora de huir [Austin]-noche-

Al señor Flecher le había llegado muy temprano un recado del nuevo comprador de la loba que según él se trasformaba en una bella mujer… durante el día entero busco la manera de preparar a su ya vendida adquisición para el momento en que llegaran por ella, solo que cuando esto sucedió su sorpresa fue demasiado grande al ver que solo llegaba un cochero en un carruaje ordinario por la joven.

Molesto discutió con el mozo que había sido enviado por el encargo pero no había remedio alguno y al final solo logro atarle las manos con un par de grilletes y la colocaron en el carro de madera que era tirado por un solo caballo.

-Escúchame bien muchacho esa es una presa de incalculable valor y aunque parezca una simple muchacha no lo es.

Ataviada con un simple vestido de muselina azul que no hacia bien su trabajo al tratar de cubrir las partes más íntimas de su persona y atada de muñecas al asiento  de aquel coche miraba con cautela a su alrededor maquinando las muchas formas de escapar, antes de que la puerta se cerrara por completo miro por última vez a  sus captores evitando en todo momento sonreír, su momento de ser libre se acercaba ya que el viejo había olvidado con el pasar de los años lo delgadas que podían ser las patas de un lobo.

El muchacho contratado para la encomienda de ese día solo asintió con la cabeza seguro de que aquel viejo solo exageraba, sin darle más importancia ordeno al caballo a andar y rápidamente se alejaron de aquel pequeño pueblo para retomar el camino de vuelta. El terreno era escarpado por lo cual el carro se tambaleaba con la carrera que llevaba, en un segundo Keisha se había liberado de los anchos grilletes y se colocaba el vestido de nuevo.

-¡¡Auxilio!!

Grito a todo pulmón y el cochero asustado detuvo la marcha del carro, bajo de él y abrió la puerta encontrándose a la joven acurrucada en el rincón del carro.

-¡Señorita! ¿está usted bien?

Dio un paso dentro del coche y solo un grito ahogado se escuchó….

La sangre, en ocasiones una necesidad, en otras solamente el deseo de probarla, lo cierto era que la mayoría de sus presas por lo regular terminaba muerta, ¿quien podría vivir sabiendo que un vampiro había bebido de su sangre? y que podría volver para terminar con él o ella, sin duda un favor seria que le mataran.

Aquella noche el frío en la cordillera era inmenso, su cuerpo ya se había acostumbrado a ese clima que terminaba matando ha aquellos que no resistieran las bajas temperaturas, unas horas habían pasado tras beber sangre, y la noche comenzaba ha caer, era hora de salir, y buscar sangre, en aquella cordillera se podian escuchar las voces por muy distantes que estuvieran, el eco y efecto en aquellas elevaciones.

Miro desde una altura parecía una joven, se acerco a ella, y solamente usando sus palabras gano su confianza, basto un momento para que cayera en su trampa y en un instante se encontraba clavando sus colmillos sobre su piel, la sangre de ella comenzó a llenar su boca, y el con un placer infinito bebía su sangre, que placer sentía en su cuerpo mientras bebía sangre, algo lo recorría fortaleciéndolo mas y calmando mas su temperamento.

Por unos minutos bebió, comenzaba la noche y quería estar controlado, soltó a su victima a quien cada minuto parecía que se le escapaba la vida, la miro desplomarse, y con un dedo limpio la comisura de sus labios, que con un poco de sangre estaban, ¿terminaría con su victima?, apunto estaba de asesinarla, ella se encontraba inconsciente, cuando el sonido de un grito capto su atención, un grito ahogado, cual si hubiera sido callado por alguien mas. -¿acaso no seré el único que salio a alimentarse?- Se pregunto en su mente.

- Parece que vivirás un día mas, suerte con que te encuentren tus amigos- Dijo en un tono burlón a el cuerpo de la joven, esbozo una sonrisa y sin decir ni hacer mas se marcho siguiendo el eco de aquel grito que poco a poco desaparecía...

A pesar de estar en su forma humana mis dientes eran fuertes y mis manos lo bastante habilidosas como para poder capturar lo que sea.

El error más grande de aquel muchacho fue entrar al carro bastaba con que abriera la puerta pero no decidió entrar, temerosa de ser acorralada como hace ya varios años atrás tiro del brazo del muchacho haciéndolo girar bruscamente lo presiono contra su pecho y mordió su cuello la sangre comenzó a salir a borbotones de su garganta ahogando su único y fallido grito, pateaba y trataba de zafarse del agarre de la joven que lo tenía más que presionado entre sus brazos.

Rápidamente las fuerzas se le fueron escapando de sus manos y dejo de luchar, Keisha termino empapada en la sangre de aquel hombre que al verlo ya sin un aliento le rompió el cuello de un solo movimiento para únicamente empujarlo a un lado.
Temerosa de que hubiese alguien más cerca abrió la puerta lentamente y con algo de cautela salió del carro, sin importar la sangre que bañaba su cuerpo comenzó a caminar tocando la madera de aquel carruaje respirando hondo y sintiendo la dureza de la tierra bajo la planta de sus pies, el caballo algo nervioso relincho levemente golpeando uno de sus cascos en el suelo, Keisha se acercó al sigilosa y comenzó a acariciar su lomo...

-Shhhh, shhh….
Pase mi mano manchada por la crin de la bestia y mire al cielo obscurecido tratando de orientarme…
-Soy libre…
Poder escuchar mi voz era algo a lo cual aun no me acostumbraba del todo, mire mis pies y mi vestido de color rojo y en algunas partes azul, sonreí al verme a mi misma con ropa cuando por lo general corría libre en las cordilleras desnuda o con mi hermoso pelaje.
Me abrace a mi misma sintiéndome liberada de esa rutina, de ese encarcelamiento.

El sonido de aquel grito comenzaba a disiparse por aquellas montañas, y aun parecía lejano, se detuvo, cerro los ojos un momento y centrándose en aquel sonido con su mente se averiguo de donde procedía aquel grito, abrió los ojos y girando su rostro un poco hacia mas abajo en aquella cordillera, supo que el sonido venia de allá.

Camino hacia abajo manteniendo los pies firmes en tierra, hacia abajo la oscuridad sin duda seria mas profunda, ¿Cual seria la causa de aquel grito? ¿Algún cazador matando a uno de sus hermanos de raza? ¿O simplemente una pelea?, fuera la causa que fuera capto su atención y estaría por averiguarlo, un poco de sangre aun en su boca le causaban un poco de deseo de tener mas.

A una distancia aun algo apartada vio un carruaje, sin cochero y aquella bestia que alaba de el parecía alborotada, - Por su comportamiento, seguro lo que haya ocurrido fue por aquí.- pensó acercándose mas, un pie asomo y toco tierra seguido de otro, se detuvo a mirar desde ahí a quien salia, una mujer salio del carruaje su cabello blanco y un pedazo de tela que parecía un vestido de color rojo y azul que no cubría su cuerpo en totalidad.

-Por su vestido diría que el cochero, la trajo a divertirse por aquí en medio de la nada y seguramente lo callo.-Dijo en un tono bajo para si y rió un poco.

Continuo mirándola se acerco a calmar a el caballo y levanto la mirada al cielo, luego se miro y sonrió ¿Que pensaría? se acerco mas hasta estar sobre aquel camino donde el carruaje, la chica con cabello blanco y con una buena figura.

- Creo que es peligroso andar caminando andar por aquí ha estas horas, ¿No te parece?- Sonrió hasta que al desviar su mirada vio que aquello rojo era sangre sobre su vestido, y un viento que sobre vino se lo confirmo, el olor de la sangre que llegaba a saborear un poco con su boca...

- Que habrá hecho esta mujer? o ¿que le hicieron?.- Pensó recorriendo de pies a cabeza con la mirada a la chica, deteniéndose a una corta distancia  de ella...

Me limpie la comisura de los labios pasando el dorso de mi brazo por la misma, mire con mis azulados ojos al hombre que tenía delante de mí, su olor a perfume a sangre y tierra era tan común como en el resto de las demás personas; levante mi brazo levemente señalando la puerta semi abierta del coche esperando que entrara o se fuera o diera aviso a quien quisiera y me daría oportunidad de escapar de seguir adelante con mi vida… aunque cual vida me quedaba.
Gire levemente observando el lugar estaba desierto totalmente de donde había salido ese hombre y tan rápido ya que o por la velocidad del carruaje….
-El entro…
Me acerque más a la yegua palpándole el lomo, tentada a romper las ataduras que la detenían en el carro o quizás esperar a que se hombre entrara a cerciorarse de la vida del mozo y espantarla.
Sonreí levemente y mire mi ropa ensangrentada, a la vez que me cercioraba de que no hubiera nadie más alrededor.
Me gire dándole la espalda al hombre al tiempo que daba algunos pasos alejándome lentamente, la viscosidad de la sangre al secarse comenzaba a molestarme y como el uso de la ropa se lo achacaba a los otros seres que solo sabían caminar en dos patas tome el cuello en v del pedazo de tela que cargaba encima y lo estire al punto que se corrió dejando una abertura total a mi desnudes, con delicadeza me despoje de la prenda y con los espacios aun secos y limpios acicale el resto de mi cuerpo sin dejar de dar pasos lentos vacilantes pero alejándome rápidamente.

Cerca se encontraba de la chica, la miro como lentamente hasta su rostro en la comisura de sus labios había unas leves manchas rojas que ella con su brazo borro, sintió sobre el una mirada y cual si lo estuvieran examinando o explorando no solo con la vista, ¿quien era ella?, ¿porque no decía nada? señalo a la puerta de aquel carruaje, ¿una trampa acaso? o algo escondía, la curiosidad domino sobre él y lentamente sin quitarle la vista de encima a la chica, la escucho decir algo, mas no entendió sus pocas palabras.

Al punto de estar cerca a la puerta algo capto su atención, haciendo que dejara de ver a la chica que comenzaba a acariciar al caballo, era el olor a sangre, algo que podría distraer un poco a cualquiera de su raza miro dentro del carruaje, un chico que boca arriba miraba fijamente, su piel que parecía perdía el color, y una mancha roja en su cuello y parte de su pecho, la sangre que por él aun salia pero mas lento, cual si fueran sus ultimas gotas de sangre, -Que desperdicio.- Pensó al ver la sangre derramada, fue un poco mas observador, un par de cadenas y grilletes también ahí dentro.

¿que ocurrió? - supongo que el grito ahogado fue de este chico, y la chica....- Giro su rostro a mirarla, comenzaba a caminar, apenas la miraba ella comenzaba a despojarse de ese pedazo de tela que como vestido usaba, no pudo evitar sonreír a verla, ¿que haría? miro al caballo y con una sonrisa descubrió sus colmillos un poco, rompió las ataduras del caballo y de un brinco se coloco sobre el haciendo que cabalgara tras ella, la luna daba su brillo blanco y el viento en aquella cordillera se sentía, ademas del peligro, era peligroso que una chica caminara por ahi sola, y aun mas si lo hacia desnuda, pero parecía que para ella no seria problema, eso capto la atención de Austin, ¿seria como él?.


Hizo avanzar mas rápido a caballo hasta colocarse frente a ella estorbándole el paso, con una mano sostenía las riendas y con la otra acaricio su barbilla, la miraba desde arriba de la bestia, recorrió su cuerpo con la mirada de pies a cabeza, hasta mirar a su rostro, los ojos de Austin cambiaron a un color un poco rojizos, no tenia idea porque ocurría eso, pero con los ojos en un tono rojizo los clavo al rostro de ella.

- Vamos, se que tu lo mataste, y quiero pensar que eras a quien llevaban con cadenas.- le hablo fuerte tratando de que girara su rostro a verlo, bajo del caballo y se coloco frente a ella, - creo que tu y yo no somos muy diferentes, podría ayudarte y tal vez tu a mi, dime, ¿cual es tu nombre?- se acerco y la tomo por la barbilla para mirar a sus ojos, ¿que pasaría? recibiría una bofetada tal vez, no le importaba, solo quería averiguar de ella, solamente en lo que decían sus ojos..

Debería arrancarle la mano de una sola mordida pero me contuve.

Esa bestia me tiene miedo.

Gruñí por lo bajo como lo aria cualquier lupino con un animal desconocido y como era de esperarse este reacciono de inmediato alejándose un par de pasos, y yo solo di un paso a atrás suficiente para que el contacto entre él y yo se rompiera.

Me cuido sola.

Tan cómoda como si fuera vestida con las mejoras ropas me cruce  de brazos presionando mi busto bajo los mismos, para volver a mirarlo lentamente no parecía ser igual que yo pero si había algo en su mirada que me decía que no éramos tan diferentes.

Lo mordí, se movió, se murió.

Simple y vagamente dije aquellas palabras como si no me importara lo que el pensara o dejara de pensar de mi después de todo que podría hacerme que no hayan hecho ya en ese cautiverio.

¿Que eres?

Ladee mi cabeza como lo hacía un cachorro mirando por primera vez una acción que debía de repetir para poder sobrevivir, moví la nariz levemente tratando de captor todos los olores que circundaban a nuestro alrededor, pero aparte de los olores típicos del animal, el olía a perfumes sangre y tierra.

La escucho gruñir, en su vida había escuchado que la voz les cambiaba dependiendo su carácter, pero también había escuchado de lobos o bestias que gruñían cuando algo no les agradaba y que usualmente lo hacían antes de atacar, le sonrió y retrocedió dos pasos hacia atrás mientras bajaba su mano, la siguió examinando con la mirada, parecía una chica que sabia lo que quería ya que no se dedicaba mas que a resumir algunas cosas, y sus respuestas y palabras tan breves.

La miro ajustarse el busto con sus brazos y ladear la cabeza mientras preguntaba por el, giro su rostro hacia arriba mirando al cielo oscuro específicamente a la luna, aquella esfera de luz blanca que por muchos años había sido cómplice de Austin y testiga de cosas que en la noche acontecían, bajo la mirada a la chica, la luz de la luna adornaban su piel, y hacia que su cabello blanco pareciera que brillaba.

- Solo te diré algo, no soy humano, y si me encuentro enfadado o con hambre y sed, suelo ser peligroso, suelo salir por las noches y los humanos y otros mas tratan a mi raza como bestias cazandonos para darnos muerte.- dijo eso y para que entendiera mejor sonrió levemente mostrando sus dientes y descubriendo sus colmillos a la vista de ella.

-Y creo que debes saber que no eres la única que ha mordido esta noche.- cerro sus ojos en un parpadeo y con su lengua acaricio sus colmillos y boca por dentro recordando a la chica de la cual había bebido su sangre, por un momento saboreo nuevamente el sabor de ella en su boca y por eso comenzó a sentir un poco de deseo por sentir tan solo un poco de sangre para pasarla por sus labios y boca, cual si fuera para refrescarse y hablar cómodamente.

Se limito a contenerse puesto que la chica aun despedía un poco de olor a sangre, su cuerpo estaba limpio de sangre, sin embargo en su cuerpo había quedado un poco la fragancia del muerto, una fragancia que gracias al viento y aire podía Austin percibir.

- y tu eres....- hizo una pausa pesando en si ella contestaría - Una chica lobo o una bestia, privada de su libertad por un tiempo mas ahora libre, te gusta la soledad pienso, te sientes cómoda sintiendo el viento golpeando tu piel y apuesto que con esta luz blanca de luna te gustaría transformarte y matar algo tal vez.- La miro y sonrió esperando la reacción de ella ¿acaso habría acertado en sus conclusiones?.

Lo mire como volteaba a ver el cielo cosa que me pareció un poco extrañan de una persona como el, imitando su gesto levante la vista relajando un poco mi postura; una hermosa luna nueva adornaba el cielo haciendo recordar aquellas tardes en que mis padres me mostraban con sus misma memorias los cambios de la luna y los efectos en nuestro cuerpo, tanto así que incluso fue de la manera en la que me entere de que mi padre era quien ahuyentaba a los viajeros cuando pasaban muy cerca de nuestro hogar.

De pronto escuche la voz de ese hombre y sentí su mirada sobre mi lo cual me trajo al presente poniendo especial atención a lo que me decía de su “raza”, al verle sonreír y mostrarme los colmillos mi mirada fue de asombro… transportándome casi en un segundo a otra noche de mi afamada infancia las miles de leyendas que noche tras noche mi madre contaba, que mi padre me mostraba. Los muertos que comen almas, los fríos, los bebedores de sangre caliente…
No se supe cuánto tiempo pase en ese estado de mudes que me caracterizaba pero cuando escuche sus sinónimos para mi enarque una ceja y deje mi papel de solitaria de lado.
Di un paso y otro detrás de este al tiempo que comenzaba a colocarme a su lado, olfatee levemente acercando mi rostro a casi 10 cm de él.

No hueles a muerte.

Volví a mirarlo de pies a cabeza, tenía los pies cubiertos y al igual que el resto de los humanos usaba capas sobre capas de pieles cortadas y medidas.

No pareces un muerto. Soy una licántropo no una bestia, mucho menos chica lobo, nací
como un lupino, mi forma crinos es majestuosa y me saca de apuros pero… es voluble y muy temperamental.

Señale el cielo sin mirar de nuevo a él me parecía algo tonto pero quería entablar una conversación con alguien que quizás me podría ayudar a desaparecer como otro humano más.

La luna es nueva, no llena y la roja es más peligrosa, Keisha… mi nombre es Keisha.

Sonreí levemente al tiempo que me ponía delante de él, no sabía que esperar pero si las leyendas eran ciertas mi sangre o mi alma en todo caso no le serviría.

Flash back

Samara.- Keisha los comes almas son nuestros enemigos naturales, matan a los hombres y devastan las ciudades, dejando solo caos y desastre, cuando yo era joven un viejo chaman maldijo nuestra sangre para evitar que esos seres de colmillos blancos y pieles pálidas nos robaran el alma…

Keisha.- Cuando conoceré uno.
La madre  abraza a su hija que en ese momento es una pequeña de 10 años y acariciando su corto cabello plateado, deposita un beso en su cabeza.

Samara.- espero que nunca…

Fin del flash back

La miro acercarse y colocarse a su lado, antes él se acerco para mirar sus ojos y ella gruño, ahora ella se acercaba pero a olfatearlo, dijo que su olor no era a muerto, y que no parecía uno ¿Una ofensa? o ¿un halago?, lo único que hizo fue sonreír un poco y seguir escuchándola, miro al cielo cuando ella le señalo, tenia razón aquella luna emitía una grandiosa luz blanca, no obstante también sabía que la luz en un tono rojo solo podía significar una noche en que los licantropos perdían el control, al igual que otras clases, dejando tras la noche un gran numero de mortandad.

La miro colocarse frente a él ¿que pensaría al ponerse ahí?, en su cuerpo sintió algo, aun mayor en su garganta, la sensación que antes lo había embargado, el deseo de sangre, un escalofrío lo recorrió desde su abdomen hasta su garganta, cual si ahora necesitara la sangre, la chica estaba de frente ha él, parecía una presa fácil, un movimiento rápido y podría estar bebiendo de su sangre, se contuvo y no hizo mas que seguir dando oído a sus palabras  y controlar sus instintos.

- Keisha...- Repitió su nombre en tono suave, - Lindo nombre, y tienes razón sobre la luna.- Levantando la mirada de sus rojizos ojos, le dio un pequeño vistazo a la luna y volvió la mirada a la chica, tan cerca de ella, casi podía sentir el calor que su cuerpo despedía, casi podía sentir su respiración, ¿cuanto hacía que no estaba en una circunstancia semejante?, si bien había bebido de algunas chicas hermosas y había estado con otras tantas, pero esa situación era diferente, tenia el deseo de sangre, y sabia que la chica era peligrosa, su instinto le pedía que clavara sus colmillos en ella, pero otra parte de él, quería averiguar un poco mas de ella.

- Mi nombre es Austin y no huelo, ni parezco muerto, porque, aun no lo estoy por completo, de sangre me alimento y a si me mantengo con vida.-

Aquel deseo fue un poco mas dominante y sin darse cuenta se encontraba levantando sus manos poniéndolas en los costados del cuerpo de ella, el contacto de sus manos sobre aquella piel tersa y desnuda de ella, la jalo levemente haciendo que la corta distancia entre ellos desapareciera, su pecho contra el de ella, sintiendo su respiración y el calor de su cuerpo, sus senos contra su cuerpo, acerco su rostro y lo coloco acariciando con su barbilla el hombro de ella -Necesito un poco de sangre, sino perderé la cordura. - le susurro.

Inclino su rostro y con sus labios acarició su hombro, abrió sus labios descubriendo sus colmillos, apunto estaba de clavar, sin embargo sin saber porque le acarició el hombro con su lengua, sintió el sabor de su piel, y no quiso clavar sus colmillos, solo con uno hizo un pequeño rasguño de 1 centímetro en su hombro, de inmediato un gota de sangre salió y sin pensarlo dos veces con su lengua recogió aquella gota de sangre, no era lo que esperaba, aquella sangre no tuvo un buen sabor, sino el sabor mas amargo que en su vida hubiera probado, un sabor desagradable he incomodo, el cual hizo que de inmediato la soltase y no quisiera robar mas de su sangre, - ¿Pero que fue eso.- pensó de inmediato, la sangre nunca le había parecido repulsiva, sin embargo en ella había sido una excepción, ¿que era ella?, capto la atención de Austin aun mas.

Su deseo de sangre había desaparecido tras eso, ¿cual había sido la causa? solamente había bebido una gota y de un sabor que no había sido muy agradable.

- Perdona la indiscreción, pero tenia que controlarme de alguna manera, o terminaría desquiciado atacando.- La miro aun tan cerca, y sabia que en cualquier momento a causa de eso podía atacarlo, por lo que no bajo la guardia, sin embargo por dentro se seguía preguntando que había ocurrido en ese instante al tratar de beber su sangre...

escuchar mi nombre provenir de sus labios me produjo una sensación un tanto extraña pero a la vez placentera, sonreí levemente al escuchar su nombre parecía que esta vez podía relacionarme con alguien de otra especia y no temer que este me diera caza de por vida.

que haces...

mire como me tomaba de la cintura colocando mis manos encima de las suyas no se si era por el o mi cuerpo reaccionaba de una forma algo rara ya que comenzaba a sentir un calor recorrerme desde donde el ponía sus manos, me puse rígida al escuchar lo que el decía y sin darme cuenta escuchaba de nuevo a mi madre recitarme aquel cuento cuando le dieron a la madre de su madre aquella yerba de sabor amargo pero con una carga mágica que ha podido sobre pasar varias generaciones...

gire la vista levemente observando la leve herida por la cual pase mi dedo indice y después mire a Austin me parecía tan extraño su forma de ser que no sabia como reaccionar.

creí que los... seres como tu no podían beber de seres como nosotros.

me acerque a el y tome su mano si el me tocaba yo podía hacer lo mismo no es así... mire sus manos buscando alguna cosa diferente, entelase sus dedos con los míos y recordé haber visto varias ensenas de esas alguna vez, lo solté y comencé a pasar mis dedos levemente sobre su ropa, tocando los botones y sintiendo la textura de aquellas cosas que lo cubrían del frió.

Me enseñarías a ser una caminante de dos pies

No esperaba una gran respuesta y mucho menos que el deseara ayudarme pero que mas podría perder que me dijese que no, estaba acostumbrada a andar sola en los parajes mas desolados pero ya no sabia a donde mas ir.

Sonrió ante su expresión de que parecía que ella había creído que el había podido beber de su sangre, siendo que solamente una gota de su sangre basto para causar una molestia en la garganta y en su boca para no poder beber mas, ¿que habría causado eso?, aun se lo preguntaba, ya que antes había podido beber sangre de otros licantropos, pero ahora eso había pasado, y le parecía sin duda extraño.

un instante paso y enseguida la vio acercarse ella y que tomaba su mano mirándolo, cual si buscara algo especifico en su mano - ¿Que es lo que hará? o ¿que intentar?.- se pregunto sintiendo como acariciaba su mano, no pudo evitar bajar la vista y mirar su acciones, a su mente vinieron recuerdos, de aquella vampiresa que lo había transformado, ella solía hacer eso, tomaba su mano y la acariciaba, él solía mirar a profundidad sus ojos grises que adoraban su rostro y tras de eso, mientras sus manos se tomaban él solía besar sus labios, esa imagen pudo ver mientras ella le tomaba la mano y entrelazaba sus dedos con los de él.

- ¿porque hará eso?.- se dijo, ella lo soltó mas sin en cambió comenzó a acariciar de una manera delicada el saco que traía consigo, de una manera que precia que con sus manos estuviera conociéndolo, el levanto la vista ha mirarla, y la voz de ella le capto su atención - ¿una caminante de dos pies? ¿un humano?.- se dijo, parecía una chica algo difícil de entender, hacía un instante ella había dicho cuidarse sola, cual si no necesitara de nadie nada, y ahora le pedía eso, no pudo evitar sonreír y a si lo hizo.

- De los humanos no hay mucho que aprender, se alimentan, trabajan, conviven, algunos se aman y otros... se comportan peor que algunas bestias, matan y torturan a muchos de otras clases.- a si lo dijo y ahora él levantaba una de sus manos y la comenzaba ha colocar sobre su piel y cuerpo, ella lo tocaba y él quería sentir su piel, esa piel que solamente se veía cubierta por la luz blanca de la luna que hacían que la figura de su cuerpo resaltara.

- De acuerdo, yo te enseñare como son los humanos, pero tu me dirás, ¿porque no pude beber de tu sangre? ¿que hay de ti?.- fue lo que le dijo, esperando una respuesta, y tocaba su piel, cual si conociera o fuera explorando a una de sus victimas...

Di un paso atrás al ver que él me tocaba de la misma manera que yo lo hacía con su ropa.

Solo quiero aprender a andar con ellos sin que se den cuenta de quién soy…

Me gire dándole la espalda, sería bueno decirle de su don tan especial de lo magnifico que podía ser su raza y aquellos poderes míticos que la englobaban.

Samara me contaba cuando era una niña que un hombre sabio les dio a bebe a las mujeres jóvenes un líquido azul, de esa manera los fríos no beberían sus almas.

Mire de medio lado que era lo que hacía, no era que no desconfiara de él y mucho menos que lo hiciera pero no me agrada la manera en que sus ojos me miraban y mucho menos la sensación de sentir su piel al tacto con la mía.

Se supone que eso lo adquirí porque ella bebió de ese líquido se pasa en la sangre, provoca que detesten el sabor incluso he escuchado que los inhabilita para beber mas aunque sea de otra sangre provocando que se sequen.

Me cruce de brazos al tiempo que movía una piedra con mi pie desnudo estaba algo nerviosa tanto por el cómo por si ese viejo gruñón aparecía en medio del camino. Suspire levemente saboreando los aromas de la noche y de nuevo podía sentir el perfume que despedía Austin pero estaba claro que no era su aroma natural… a que huelen los vampiros… siempre me pregunte eso y hasta cierto punto estaba determinada a saber por qué se contaban tantas cosas de ellos.

La miro dar un paso hacia atrás, parecía que el contacto de los dedos de él recorriendo su piel lentamente, le resultaba un poco incomodo, no pedía aprender mucho, solo quería pasar inadvertida entre los humanos, - ¿Acaso se le ocurre ir a estar con los humano?.- pensó mirándola.

Se había apartado un poco, sin embargo comenzaba a girar su cuerpo dando la espalda, ¿que pensaba al hacer eso?, si Austin desearía sangre o matarla bien podría hacerlo, podría con sus manos lentamente hacerla sufrir y con su fuerza apagar la vida de aquella chica licantropo en ese mismo instante, pero no lo quiso a si, algo tenia ella, algo peculiar que captaba la atención de Austin.

Escucho palabras que surgían de ella, lo miraba al parecer solo un poco puesto que daba la espalda, y contaba una historia haciendo referencia ha el porque no había podido beber su sangre, las cosas que decía ¿acaso trataría de infundir miedo en él de no poder beber mas sangre y morir seco?, estaba cometiendo un error de ser a si, no había causado mas que aun mayor interés por ella.

La miro mover sus pie y cruzarse de brazos - Entonces es por eso que no puedo beber tu sangre, es curioso, sabes... yo una vez escuche algo similar, sin embargo también me dijeron que si, alguno de tu tipo ofrecía su sangre el vampiro podría beber sin quejarse de nada y disfrutando del trago cual si fuera el néctar prohibido mas delicioso.- Se volvió ha acercar a ella, y la volvía ha tomar de su cintura y apegaba su cuerpo al de ella.

- Aun tengo sed de sangre, y sabes, quisiera saber si también es verdad lo de que si tu me ofreces tu sangre me sera deliciosa.- Le susurro al oído casi cual si fuera un respiro en su cuello, - Ya te diré como son los humanos, la primera lección es que comparten, y quiero que me compartas de ti un poco.- con sus labios acaricio su hombro, siguiendo a su cuello y oído, cerca ha la herida que antes le había hecho cuando intento beber de su sangre.

Podía clavar sus colmillos, pero ya sabía que no podría beber de su sangre, por lo que solamente acaricio su piel con sus labios, ¿Habría sido una buena idea la de ella? de pedir ayuda con lo que ella quería, a un vampiro, esos seres que vivían siendo por muchos, despreciados, tenidos por asesinos, y tratándolos peor que a los animales, pero keisha, no era como los demás, no había salido huyendo, ni le había apuntado con un arma para amenazarlo, -¿que haces?.- se pregunto a si mismo, y alejo su barbilla del hombro de ella, al igual que su cuerpo, cerro los ojos un momento mientras levantaba el rostro hacia las elevaciones de tierra llamadas cordilleras, no dijo mas palabra y quedo callado un momento...

Peligro... eso era lo que se leía en cada parte de ese hombre vampiro, quise ser curiosa y una vez mas me ponía en peligro inminente.

bien me lo merecía por esperar que un enemigo natural me ayudara pero eso me ayudo a comprobar varias leyendas en una, de las cuales la segunda casi me tentaba a ofrecerle mi alma en forma de liquido rojo y caliente. Sentir sus caricias sobre mi piel despertaba ese lado que pocas veces había descubierto y fue cuando tome una decisión definitiva a la situación que nos envolvía. Huir.

Aproveche el momento en que se separo de mi y me transforme en un lupino, el pelo blanco cubrió mi cuerpo en cuestión de segundos y sin un solo ruido termine en cuatro patas observándolo como levantaba el rostro, retrocedí levemente asta estar a una distancia que me permitiría correr y le gruñí, mostrando los dientes.

"Lo siento Austin pero no seré la presa de nadie"

Pensaba para mi misma al tiempo que delimitaba el terreno no deseaba que esto se convirtiera en una cacería entre el y yo, me agradaba pero... la vida fuera de aquella colina era demasiado desconocida par mi.

La calma y tranquilidad lo acompaño un instante, solo escuchaba el sonido del viento que soplaba y la voz de sus pensamientos que en su mayoría algunos serian recuerdos, una calma y tranquilidad lo fueron embargando poco a poco de manera que ese instinto de utilizar su mentalidad y estrategias para conseguir lo que quisiera se fuera calmando.

Al abrir sus ojos algo había acontecido, sus ojos se tornaban color rojo oscuro, cual si en su iris se estuviera derramando sangre, de una forma en que aquel rojo iba tomando poco a poco cada parte de aquel iris oscuro cubriéndolo con ese color rojo, miraba hacia arriba y aquel gruñido que antes había escuchado ahora era mas fuerte lo que llamo su atención, - ¿ahora que?- inclino el rostro un poco, mas al buscarla la mirada en lo alto no la contemplo igual que como estaba.

Su figura bien formada y su piel desnuda ahora se habían cubierto en un pelaje blanco como la nieve y su complexión había tomado una forma diferente, cuatro patas con garras ocultas y una dentadura afilada serian sus armas, sintió la mirada y el gruñido un tanto desafiante de su parte, y mostraba de su hocico la dentadura cual si estuviera amenazando o anunciando un ataque, se había alejado un poco y sabía que si intentaba acercarse seguro lo atacaría, pensó menos de un segundo, parecía que tendría que usar sus estrategias para hacer que se calmase.

Prefirió evitar eso y mirando a los ojos de aquel licantropo dio un par de pasos hacía ella, por muy peligroso que fuese sabia que no estaba en desventaja.

- Oye keisha, bonito pelaje blanco, hacía tiempo no veía a uno como tu transformado, te diré algo, no es necesario que te hagas eso, sabes que te buscaran los que te tenían presa, y dudo que conozcas aquí, yo te puedo ayudar, y prometo no dañarte.- Esa ultima frase que dijo lo dijo en un tono un poco dudoso, pero sabia que tal vez y solo tal vez a si podría hacerla volver en humana, dio un par de pasos mas casi a estar a dos metros de distancia de ella y se detuvo ahí a mirarla en su forma en que ahora se encontraba...

Confiar o no en el era lo crucial, como un lobo podría huir lo suficiente como para salir corriendo pero estaba segura que el me alcanzaría ahora en esta forma podía oler mas aun la sangre fresco de otra persona envuelta en la suya lo cual significaba que se había alimentado.
Mire el carruaje y comencé a avanzar lentamente asta el lo que pensaba hacer era alimentarme de ese cuerpo que ya comenzaba a enfriarse de esa manera el ataque se lo podrían adjudicar a cualquier otro animal en la región y las ropas del cochero me servirían de resguardo de las manos de ese vampiro.
Di un salto y con el movimiento la puerta se cerro aun mas, le destroce el cuello a manera que las mordidas se vieran mas grandes y pase mis afiladas garras por sobre sus ropas despojándolo y dejándolas hechas jirones, alimentarme de carne cruda de un humano era algo demasiado salvaje incluso para los clanes mas antiguos pero no tenia otra opción, necesitaba fuerzas.
Minutos mas tarde…. La Puerta se abrió y nuevamente mi blanca piel era iluminada por la luz de la luna tenia entre las manos una chaqueta lo único que había logrado rescatar sin una sola mancha de sangre, baje los dos escalones y le di un tirón a la puerta que la dejo apenas colgando de una sola bisagra a manera que de que pareciera un ataque.

¿Como se pone esto?

Le sonreí levemente esperado que me ayudara y se diera cuenta que pocas veces había usado algo mas que solo mi piel.

La confianza se gana no se pide.

Me fui acercando a el con pasos lentos y firmes al tiempo que no le quitaba la mirada de encima, el tenia razón corría el peligro de ser perseguida por mis captores anteriores.

La miro convertida aun en lican, su pelaje blanco, sus filosos dientes y garras, y el hecho de caminar en cuatro patas, austin en ocasiones se preguntaba como seria su vida si el destino le hubiera dado una vida diferente, entre eso también pensar como seria si fuera uno como ella, que sensación habría en el, caminar en cuatro patas y sentir su cuerpo desnudo, solamente cubierto por algún pelaje que lo cubriera desde las patas hasta la coronilla de la cabeza, sin embargo el destino tenia otros planes para el, había querido que el terminara como un vampiro, alguien que tendría que alimentarse de la sangre de otros seres, alguien que para vivir tendría que apagar la vida de otras personas, entre ellos de algunos seres inocentes, ¿pero que hacer? el destino a si lo había querido tendría que luchar para vivir, olvidarse de su vieja vida como humano y aprender a vivir como un ser diferente.

No perdía de vista a la licantropo quien comenzaba a caminar con rumbo hacia el carruaje, camino tras de ella la vio saltar dentro del carruaje el cual al instante se cerro.. - ¿que hara?.- pensó al ver su acción, no quiso averiguar pues desde afuera se podía escuchar un forcejeo de una bestia, un par de gruñidos y el sonido cual si desgarraran algo con los dientes y garras.

No dio importancia y cruzando los brazos inclino el rostro en tierra, y una sensación apareció de la nada en el, parecía que no había bebido sangre suficiente esa noche, algo en su interior una fuerza que no habia sentido, ¿seria por la gota de sangre de la lican?, ¿esa supuesta maldicion seria una verdad?, trato de no pensar eso y decidio tranquilizarse, centrando su mente cerro los ojos para tratar de calmar esa sensación.

El sonido de un golpe hizo que abriera sus ojos miro a keisha que nuevamente en su forma humana salia de aquel carruaje, con una chaqueta en la mano preguntaba como se utilizaba, Austin solo se reservo a mirarla y escucharla, la miro acercarse y el dio un par de pasos hacia ella tambien.

Tomo aquella chaqueta y la ayudo colocandola sobre su cuerpo, cubriendo la figura de ella con aquella chaqueta.
- Pues creo que ya deberias confiar en mi, porque si hubiese querido, hubiera terminado por apagar tu vida, creo que tu sangre hizo algo en mi y no estoy muy contento con eso, pero tranquila, como dije no te dañare, ahora andando, que ya hiciste mucho estrago aquí y cuando vean esto buscaran culpables, y no estoy para eso.- dijo y dándose media vuelta se adentraba en el bosque, esperando que lo siguiera y manteniendo la guardia por si se le ocurria alguna accion en contra de él.